Black Sabbath se despide a lo grande con su formación original: una noche para la eternidad
La historia del rock presenció este sábado 6 de julio uno de sus capítulos más emotivos. Black Sabbath, considerada la banda fundadora del heavy metal, ofreció su concierto de despedida bajo el nombre de Back to the Beginning, un emotivo reencuentro con su formación original: Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward.
El estadio Villa Park fue el escenario de una velada inolvidable. Más de 40.000 personas colmaron el recinto en Birmingham, la ciudad que vio nacer a la banda hace más de cinco décadas. No era un concierto más: significaba el cierre definitivo del círculo para una agrupación que redefinió el sonido del rock en los años 70 y dejó una huella imborrable en generaciones de músicos.
El inicio fue imponente. Las luces se apagaron y el riff de "War Pigs" sacudió el estadio como una declaración de principios. Desde ese momento, cada tema fue recibido como un himno: "Iron Man", "N.I.B.", "Children of the Grave" y la sombría "Black Sabbath" formaron parte de un repertorio que repasó lo mejor de su carrera.
Ozzy Osbourne, pese a sus recientes problemas de salud, se mostró enérgico y visiblemente emocionado. "Gracias por esperarnos todos estos años. Esta es nuestra casa, y ustedes son nuestra familia", dijo el vocalista, entre ovaciones. A su lado, Iommi volvió a brillar con su guitarra cortante, mientras que Butler y Ward ofrecieron una base rítmica tan poderosa como en sus mejores años.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue la interpretación de "Paranoid", canción con la que cerraron el show. Fue el final perfecto para una presentación que, más allá de lo musical, tuvo el peso simbólico de una despedida definitiva.
En las pantallas gigantes, se proyectaron imágenes de archivo de los primeros años de Sabbath, reforzando la narrativa de un regreso a los orígenes. El espectáculo, de más de dos horas de duración, fue acompañado por una producción visual impactante: luces sincronizadas, fuego, y una escenografía sobria pero poderosa.
Con este concierto, Black Sabbath cierra su historia como la empezó: en casa, entre amigos y con la potencia intacta. No habrá más giras ni nuevas canciones, pero lo que ocurrió en Birmingham quedará grabado como uno de los momentos más importantes en la historia del rock pesado. Una despedida digna para los padres del metal.