Lady Gaga escribió una nueva página en la historia de la música al reunir a más de 2.5 millones de personas en un concierto gratuito en la icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro, Brasil. El evento, parte de la gira promocional de su álbum Mayhem, no solo rompió récords de asistencia, sino que también se convirtió en un momento cultural sin precedentes.
La multitudinaria asistencia superó con creces el récord anterior establecido por Madonna en 2024, quien atrajo a 1.6 millones de personas en el mismo lugar. La energía en Copacabana fue electrizante mientras los fanáticos, muchos de ellos acampando por días, se congregaban para presenciar el espectáculo gratuito de una de las artistas más influyentes del pop contemporáneo.
Gaga ofreció un show visual y sonoro impresionante, interpretando tanto clásicos como "Bad Romance", "Born This Way" y "Shallow", como nuevos éxitos de Mayhem, su más reciente producción discográfica. La cantante estadounidense también aprovechó la ocasión para rendir homenaje a la cultura brasileña, incorporando elementos de samba y colaboraciones con artistas locales.
El impacto del evento no fue solo musical. De acuerdo con autoridades locales, el concierto generó un impulso económico estimado en 106 millones de dólares para la ciudad de Río, beneficiando al sector turístico, hotelero y de servicios. Además, fue transmitido en vivo por televisión e internet, permitiendo que millones más alrededor del mundo compartieran el momento.
Sin embargo, horas antes del espectáculo, la seguridad se vio amenazada cuando las autoridades brasileñas frustraron un presunto atentado terrorista que tenía como objetivo el evento y a la comunidad LGBTQ+. Dos personas fueron arrestadas y, según reportes, Lady Gaga y su equipo no fueron informados del incidente sino hasta después del show, para evitar generar pánico.
A pesar del peligro, el concierto se desarrolló sin incidentes y con una fuerte presencia policial. Lady Gaga, visiblemente emocionada, agradeció a sus "pequeños monstruos" brasileños por su amor y energía, asegurando que la experiencia fue "uno de los momentos más conmovedores" de su carrera.
Con este concierto, Lady Gaga no solo rompió récords, sino que reafirmó su estatus como ícono global y defensora de la libertad, la inclusión y el poder de la música para unir a las personas.
Con este histórico concierto en Copacabana, Lady Gaga con lágrimas en los ojos y la bandera de Brasil sobre sus hombros, se despidió del escenario dejando claro que la música, cuando se canta con el alma, puede hacer historia.